Descubre como el Yin Yoga puede convertirse en tu mejor hábito para mejorar tu postura, tus estados emocionales y tu salud física y mental.
El Yin Yoga es una práctica que está enfocada no sólo en mejorar tu postura, y movilidad, también trabaja el sistema nervioso a través de la estimulación de fascias, músculos y huesos con cada posición. Haciendo que cada práctica se enfoque en trabajar áreas muy específicas.
La práctica de Yin Yoga une la tradición de la Medicina China para estimular la energía que circula por tu cuerpo y restaurarla. trabajar canales energéticos
La práctica de Yin Yoga se desarrolla en su mayoría en suelo con el apoyo de props como bloques, bolster, cojines y mantas para que casa postura sea accesible y permita disfrutar de uno de los mayores propósitos de esta práctica: Acceder a nuestra mente y aprender a estar cómoda en al incomodidad.
Gracias a la práctica de la quietud de cada asana o postura que se practica, regulamos y reeducamos poco a poco el sistema nervioso para ampliar cada vez más la ventana de tolerancia del cuerpo e ir adentrándonos en un espacio de Bienestar.
En Yin yoga no activamos los músculos cuando mantenemos las asanas. Se trata de una práctica que pone el enfoque en estirar, estimular y rejuvenecer los tejidos más profundos y conectivos: Fascias, ligamentos, tendones y líquido sinovial, consiguiendo restaurar y sanar el nivel de energía.
El yin yoga nos ayuda especialmente a encontrarnos mejor a nivel físico, mental, emocional y a regular el sistema nervioso para vivir en equilibrio durante más tiempo a medida que la práctica avanza.
Las clases de Yin Yoga son más lentas y estáticas al trabajar posturas sentadas y estiradas, lo que permite disfrutar de un espacio propio para practicar la introspección y aprender a gestionar la incomodidad que pueda surgir.
Cuando practicamos Yin Yoga, aprendemos a sostener de forma pasiva cada asana o postura durante un tiempo que oscila entre los 2 y los 5 minutos. Esa quietud permite encontrar uno de esos escasos y valiosos momentos del día en el que simplemente podemos ser. No hay que pensar en nada ni hacer nada más que sostener la postura.
Esos momentos de encuentro contigo durante la práctica se convierten la oportunidad perfecta para aprender a observar las sensaciones y emociones que pueden surgir y aflorar a lo largo de la práctica.
La práctica de Yin Yoga es una ventana a la práctica de la liberación, del auto conocimiento y del Bienestar físico y emocional.
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